Cuando el hilo dental sale de los mangos

Una de las preguntas que hago durante la primera consulta o las de control, sin importa la edad del paciente, es si usan hilo dental. En caso de que sí lo usen, lo siguiente es saber la frecuencia del uso. Y lo más curioso es cuando me responden: “¡No, jamás, si apenas es un niño, no lo necesita!”.

En un caso especial, esto fue lo qué pasó:

Dani.- ¿Están usando hilo dental?
Mamá.- No, siempre se nos olvida.

Mientras conversábamos, Felipe, el paciente, se entretenía con los juguetes de la clínica. Sin embargo, apenas escuchó la respuesta se volteó hacia nosotras diciendo:

Felipe.- Dani, yo sí. Bueno, de vez en cuando, cuando como mango.

De primera entrada no entendí y le pregunté:

Dani.- ¿Cómo, Feli? ¿Lo usas para quitarte el mango que se te quedó entre los dientes?
Felipe.- ¡No, Dani! Cuando como mango dulce uso los hilos que quedan para limpiarme entre los dientes, y así me quedan bien limpios.

Cuando escuchamos esto, la mamá y yo nos reímos muchísimo, Feli hablaba de las fibras de los mangos.

Dani.- ¡Feli, entonces hay que comer mango todos los días!

Inmediatamente empecé a explicarle a Feli la importancia del hilo dental comercial, no el de los mangos. Primero traté de aclararle que se empieza a utilizar cuando no hay espacio entre dos dientes. Además, le dije que sin importar la edad que tuviera (daba igual que fueran 6 meses o 100 años), siempre había que usar el hilo al menos 1 vez al día. Finalmente, le conté qué hay varios niños que llegan a tener caries dentales entre diente y diente aun cuando se los lavan correctamente, y que esto sucedía porque el cepillo, a diferencia del hilo dental, no llega a esos espacios tan cerrados.

Me encantó esta “salida”, y espero que les quede escrito en sus cabezas para recordar lo importante que es utilizar el hilo dental en los bebés, niños y adolescentes para remover toda la placa bacteriana que queda entre los dientes, no sólo en época de mangos sino todos los días.