Hace unos días llegó Fiorella con sus papás a la consulta, he atendido a Fio desde hace mucho tiempo y ella siempre disfruta las citas. Hace poco había tenido su cita de control y todo estaba perfecto, y no nos tocaba verla sino hasta en 5 meses.
Entonces ese día me sorprendí cuando vi su nombre en la agenda y les dije:
-Dani: “¡Hola! ¿Qué les pasó que se adelantó tanto la cita?
-Fio: “Dani, es que tengo un diente un poquito flojo desde hace días, y me duele mucho cuando como y cuando tomo cualquier cosa.”
-Dani: “¿Enserio? Ok, entonces vamos a revisar a ver que es lo que está pasando.
-Fio: “Si porfis.”
En ese momento Fio ya se estaba acomodando en la silla dental, lista para el chequeo. Me pongo mis guantes y mi gorrito de colores, y empiezo a revisar la boca de Fio. Para mi sorpresa, apenas toco el diente de arriba con el dedo estaba tan flojo que bailaba de lado a lado. Entonces llamo a los papás y les muestro cómo se movía el diente.
-Dani: “Fio ese diente está demasiado flojo, te lo podrías sacar vos solita, no ves que está bailando.”
-Fio: “No Dani, poneme agüita dormilona para sacar ese diente, porque sino si me va a doler montones.”
-Dani: “Bueno Fio, solamente voy a usar la crema de uva para que se duerma un poco, pero hoy no es día de agüita dormilona.”
-Fio: “Perfecto.”
Inmediatamente puse la anestesia tópica y con una gasa saque el diente en menos de 1 segundo.
-Fio: “¿Listo Dani?
-Dani: “Si Fio, no duramos nada, viste que rápido, creo que vos si hubieras podido hacerlo solita en tu casa.”
-Mama: “¡Fio! ¿Nos hiciste venir desde lejos solo por un segundo de cita?
Es importante explicar, que viven fuera de la ciudad y Fio solamente le gusta venir a citas conmigo.
-Fio: “No Mamá. ¡Vinimos hasta aquí, porque solo aquí hay collares en forma de muelita para poder guardar el diente! Y además, el que tenía viejo ya se me perdió.
La cara de los papás no tenía precio en ese momento. Estaban sorprendidos de que ella en serio decía que no se podía sacar el diente porque no estaba tan flojo, ellos son un poco miedosos con el asunto dental, entonces tampoco habían querido ni tocarle el diente.
-Papa: “¡Ay Fio, no te lo puedo creer! Para la próxima mejor le decimos a la Dra. Dani que nos mande una muelita por correo.”
-Fio: “No, a mi me facina venir aquí.”
Esta historia me encanta, porque muestra a lo que un niño puede llegar por algo que quiere, ella sabía cual era su objetivo y lo cumplió, no le importó si usábamos agüita dormilona, o si tenían que viajar tres horas para llegar, pero lo cumplió. Nunca debemos de detener a un niño en sus sueños, hay que ayudarlos a soñar y a creer en ellos mismos.