¿Quién abre la boca más grande?

B97C4961-41B2-4392-8EA9-83C837A335E4

Muchos de mis pacientes llegan por primera vez a la consulta cuando tienen 2 años, con papás desesperados que no saben que cosas idearse para que el cepillado dental sea lo más lindo y fácil posible; y porque piensan que ya se les hizo tarde la primera consulta.

Los dos años algunas veces son difíciles para algunos papás, algunos llaman esta etapa como la primera adolescencia y otros dicen que es como dejar una licuadora sin tapa, pero en lo personal amo esta etapa. Es cuando los niños aprenden a ser independientes y a valerse por si mismo, es donde creen que son invencibles y que cualquier sueño que tengan lo pueden llegar a cumplir.

Un día llegó Javier a la consulta con su mamá, no había cumplido los dos años, su mamá nos dijo que la hora del cepillado es trágica, que quiere hacer todo solo y que a veces cierra la boca y no la quiere abrir. Javi es un niño super extrovertido, todo lo preguntaba y todo lo cuestionaba. Después de explicarle lo que íbamos a hacer en la consulta dejó de preguntar cosas y estaba super receptivo al tratamiento; se acostó en el sillón dental y se puso un poco nervioso, pero acompañado de su madre se tranquilizó rápidamente.

En el momento que le dije que tenía que abrir grande como un cocodrilo cerró su boca súper fuerte y me dijo que no con su cabeza, entonces le dije que tenía que abrir la boca grande como un tiburón y tampoco resultó, y por último le dije:

Dani:-“Javi, ¿podés abrir la boca grande como un dinosaurio con hambre?”

Y me volvió a decir que no, pero esta vez con una sonrisa en la cara porque le pareció gracioso lo que había dicho. A veces pienso que se me van a acabar las ideas de como explicarle a mis pacientes que necesito que abran la boca lo más grande posible para poder trabajar de la forma más rápida y eficiente, pero después pasan estas cosas:

Javi: -“¡Voy abrir la boca grande como una culebra!

Dani: -“¡Excelente, entonces como una culebra!”

En mis adentros sólo pensaba que las culebras no abren la boca tan grande, ya que tenía en mi cabeza una culebra pequeña, pero después mi imaginación voló y me acordé de la culebra del libro del Principito donde esta se comía un elefante. Javi tenía toda la razón y yo en este momento necesitaba una boca abierta tan grande como la de una culebra.

Terminamos la cita exitosamente.

Mama: -“Doctora, ¿cómo hace usted para pensar en tantas cosas? Debería hacerme una lista de las opciones que le puedo dar a Javi para que me abra la boca a la hora del cepillado.”

-Dani: -“¡Claro! Voy hacértela y te las paso.

Algunas veces los niños llegan a la consulta y se portan muy diferente de cómo son en sus casas, pero hay que aprender a entenderlos y buscar las opciones para el cepillado dental. Por ejemplo, algunas veces necesitamos que abran la boca tan grande como el planeta Tierra para buscar que no hayan bacterias construyendo casas en los dientes; otras veces necesitamos que muerdan tan duro como si estuvieran comiendo su comida favorita para lavar mejor las muelas de arriba que tanto nos cuesta; a veces necesitamos que la boca esté tan abierta como la de un perro cuando va a atrapar su hueso favorito; o necesitamos una boca tan grande como la de un hipopótamo cuando esta enojado; y no podemos olvidar que algunos días necesitamos una boca como la de un león cuando está rugiendo.

Esta etapa tenemos que manejarla con mucha magia, dejarlos a ellos ser parte del higiene bucal, pero sin olvidar que siempre haya un adulto responsable en la situación. Los niños tienen que llegar a entender que el higiene bucal es tan importante como bañarse, cambiarse el pañal o comer; tenemos que agregar la higiene bucal como parte de la rutina diaria desde antes de que salga el primer diente.

Leave a Reply

Fill in your details below or click an icon to log in:

WordPress.com Logo

You are commenting using your WordPress.com account. Log Out /  Change )

Facebook photo

You are commenting using your Facebook account. Log Out /  Change )

Connecting to %s