Unos días atrás llegó a la clínica Lucía junto con su tía, era la primera vez que nos visitaban y las dos estaban asustadas de la cita, ya que no sabían que esperar. Luli, como nos pidió que la llamáramos, acababa de convertirse en hermana mayor y nunca antes había ido a una cita para que le limpiaran sus dientes.
Como es de costumbre en una cita de odontopediatría le empezamos a enseñar a Luli todo lo que íbamos a hacer en la cita en Lalo el Dragón, nuestro peluche con dientes para que así ella pudiera ver-sentir-hacer todo lo que íbamos a realizar en su boca y ayudarla a perder el miedo a lo desconocido. La tía estaba super agradecida y más tranquila al ver que Luli estaba siendo tan receptiva.
Mientras le estábamos lavando los dientes a Lalo el Dragón, Luli empezó a hablarme.
-Luli: “¿Doctora, me vas a lavar los dientes con este mismo cepillito de dientes?
-Dani: “Luli, con este mismo no porque está sucio, pero vamos a usar uno igual que esté limpio.”
-Luli: “Ok, perfecto. Y vas a usar ese mismo babero que Lalo está usando?
-Dani: “Vamos a usar uno limpio también.”
-Luli: “¿Puedo no usar el babero?”
-Dani: “¿Por qué no queres usar el babero?”
-Luli: “Porque eso es cosa de bebés.”
-Dani: “No es solamente para bebés. ¿Sabés para que sirve el babero?
-Luli: “¡Claro! Un babero es para limpiar babas.
-Dani: (riéndose) Seguro se llama así por eso, pero lo vamos a usar para no ensuciarte tu camisa que está tan linda.
-Luli: “Es que yo siendo hermana mayor pienso que mis babas no se van a caer en mi camisa, eso solo le pasa a mi hermanita.”
-Dani: “Si, yo se que tu saliva no va a caer en el babero, pero a veces este cepillito hace que la pasta de sabor a sandía que escogiste salte y pueda ensuciar tu camisa. Pero este babero mágico no deja que pase el agua ni la pasta de sabores a tu camisa, porque tiene un plástico mágico abajo para las niñas grandes.”
-Luli: “Si el babero es mágico y para niñas grandes entonces si lo quiero. Empecemos de una vez a hacer brillar mis dientes. Gracias por no pensar que soy una bebé.”
Inmediatamente Luli se acostó en la cama junto con Lalo el Dragón, la cita fue perfecta y Luli se fue con dientes limpios y brillantes. La tía estaba super agradecida de que entendimos que Lucía estaba pasando por una etapa difícil, ya que recientemente se convirtió en hermana mayor.
Cuando llega un niño nuevo a la casa los hermanos mayores son los que más sienten el cambio, sabemos lo importante que es entender a los niños en esta etapa y apoyarlos al 100%. Debemos ponernos en sus zapatos y darle a cada uno su lugar para que sigan brillando día a día y aprendiendo a compartir, que no lo vean como una competencia sino como un equipo. Yo no dudo que mi hermano tuvo un mal momento cuando yo llegué, pero también no dudo en que ahora no podría vivir sin mí.