La semana pasada fue la primera semana de trabajo del año y junto con esa semana llegaron un montón de experiencias nuevas a la clínica y muchos pacientes nuevos. Pero, el jueves fue un día lleno de pacientes que ya conocía y que me alegré de ver de nuevo.
Ese jueves por la mañana llegó Samuel a la clínica con sus papás, hablamos de las vacaciones y de como habían estado los últimos días del año y de como habían disfrutado las fiestas en familia. Para que conozcan un poco a Samu, es un niño de 8 años que el año pasado vino a la clínica muy seguido porque lamentablemente nunca usaba el hilo dental y tenía muchas caries dentales entre sus dientes, entonces nos tuvo que visitar muy seguido los últimos meses del año, para dejar su boca “sin bichos” como el siempre decía.
Antes de revisar como estaban los dientes de Samu, me empezó a contar lo siguiente:
Samuel: “Dani, vieras que ya mis papás me están pasando el hilo dental todas las noches sin ningún problema, y ya no estoy peleando tanto con ellos.”
Dani: “Que bien Samu, te felicito porque ya lo están pasando todas las noches, es un gran logro. Pero, explicame un poco eso de que ya no estás peleando tanto.”
Samuel: “Es que a veces me da un poco de pereza, y les digo a mis papás que no quiero. Pero, después me recuerdo que el secreto para no tener caries entre los dientes es que ellos me ayuden, entonces ya no peleo tanto.”
Dani: “Exacto, que dicha que entendiste bien, además en este nuevo año quiero esos dientes lo más limpios posibles y sin ninguna caries dental.”
Samuel: “A mi ya se me olvidó que tuve caries en mis dientes. Como siempre dice mi mamá: Año Nuevo, borrón y cuenta nueva.”
Dani: “Exacto, le dimos un segundo chance a tus dientes, lo qué pasó el año pasado quedó en el año pasado, este año es un año lleno de cosas buenas y una de esas va a ser un año sin caries dentales y dientes súper limpios.”
Samuel: “Yo le dije a mis papás ayer que vos me ibas a dar una segunda oportunidad y que este Año Nuevo iba a ser buenísimo para mis dientes.”
Dani: “Que bien Samu, ese segundo chance que hablás no solo se lo estoy dando yo, sino se lo estamos dando todos porque estamos trabajando en equipo para que tu boca esté bien.”
Esa frase me quedó dando vueltas todo el día después de que atendí a Samuel. Muchas veces en las cosas que nosotros hacemos nos cuesta hacer un borrón y cuenta nueva. ¿Cuantas veces no nos hemos quedado estancados en un mismo problema y los que no dejamos avanzar somos nosotros mismos? No es que necesitemos un Año Nuevo para seguir adelante, pero creo que si necesitamos de un empujón para saber que en la vida a veces necesitamos borrar la pizarra y empezar a pintar algo nuevo. No nos estanquemos en el pasado, disfrutemos el presente y soñemos con un futuro lleno de cosas positivas, porque siempre tenemos un segundo chance para ser mejores.