Muchas veces los adultos hablamos más de lo que tenemos que hablar y los niños escuchan hasta lo que no nos imaginamos. Esta es la historia de Sara, una niña de 6 años que tiene la capacidad como cualquier mujer de estar jugando y poniendo atención a lo que yo hablaba con su mamá.
Sara llegó con su mamá a la cita de control, y me dieron la emocionante noticia de que Sara va a tener una hermanita que se llamará Lucía. Sara está súper emocionada de esta nueva aventura de ser hermana mayor.
Mientras Sara jugaba, yo estaba hablando con su mamá sobre la alimentación de su hija. La mamá me contó que es dificilísimo que coma vegetales, y que lo único que quiere comer es el postre. En ese momento me puse a explicarle a la mamá un poco de la importancia de los primeros 1000 días de los bebés, algo que es muy nuevo y muchos no lo saben. Estos primeros 1000 días del bebé son los 270 días aproximados del embarazo y los 2 primeros años de vida, todo lo que aprendamos en esos primeros 1000 días va a repercutir para el resto de nuestras vidas; los hábitos y los gustos por ciertos alimentos es algo que desde ese momento se aprende, por ejemplo.
Su mamá me comentó que el embarazo de Sara fue dulce al 100%, que durante la lactancia materna ella lo que más hacía era comer cosas dulces y que a la hora de la introducción de los vegetales fue muy difícil. En ese momento y por la edad de Sara lo que hice fue recomendarle visitar a una nutricionista pediátrica para que nos ayude a guiar de la mejor manera a Sara y que su alimentación llegue a ser balanceada y nutritiva.
En ese momento aproveché que estábamos hablando del tema, e inicié mi cita para madres gestantes, porque la mamá de Sara tenía 5 meses de embarazo. Entonces, empecé a comentarle de los pequeños cambios que podía hacer desde ya para que cuando naciera Lucía no tuviera tanta predisposición por las cosas dulces. Le recomendé comer frutas, vegetales, proteínas animales y carbohidratos; y también le hablé de lo importante de reducir la cantidad de azúcar que estaba consumiendo en ese momento, además de lo importante de mantener un óptimo higiene bucal y de las visitas regulares al dentista.
En ese momento Sara nos interrumpió:
-Sara: “Con permiso. ¿Será que Luci en este momento está pensando en cepillarse los dientes en la pancita de mi mamá y no está pensando en un sándwich de crema de avellanas?
-Dani: “¿Por qué decís eso?
-Sara: “Porque yo en la pancita de mi mamá estoy segura que solo pensaba en los sándwiches de crema de avellana que me encantan. Tal vez si hubiera estado pensando en como lavarme los dientes o en brocoli ahorita no comería tanto dulce y ustedes estarían más tranquilas.”
-Dani: “Sara, tenés razón de lo que estás diciendo. Pero en este momento ya conoces la crema de avellanas, y solamente hay que aprender a comer otras cosas nutritivas y de vez en cuando comerte tu sandwich.”
-Sara: “Mamá, de ahora en adelante sólo comé zanahoria, brocoli, tomate y lechuga que es lo que a mi no me gusta comer; y así, cuando Luci nazca solo va a querer comer eso.”
-Mamá: “Listo, tomado tu consejo.”
-Dani: “Así es Sara, tu mamá de ahora en adelante nos va a ayudar en una dieta más sana para Lucía, y vos junto con ella y tu papá, van a formar el mejor equipo para que coman sano y no solo tengan los dientes limpios y brillantes, sino una salud excelente.”
Esa consulta fue lindísima, no sólo Sara salió feliz con sus dientes limpios y brillantes, sino que se fue a la casa súper motivada a probar nuevos alimentos; su mamá iba feliz de empezar a hacer pequeños cambios en su estilo de vida para poder ayudar a Lucía a tener una alimentación más saludable. La consulta de gestantes es tan importante, porque no solo es un momento donde las mamás están súper receptivas sino que es algo en que puedo ayudar a esos pequeños que todavía no han visto la luz del sol.
“Los primeros 1000 días son una única oportunidad y un gran desafío. Estos días tienen efectos para el resto de la vida de las personas que más amamos. Están en sus manos.”